El botox es uno de los tratamientos más empleados actualmente para corregir las arrugas de expresión que aparecen en el rostro. Ahora bien, además de elegir ponerte en manos de un profesional cualificado, debes saber que el botox no se puede aplicar en cualquier parte del rostro o el cuello. Cuando de estética y, consecuentemente, de salud, se trata, nunca debes buscar jugártela optando por los conocidos "chollos" en cirugía ni creer que lo imposible existe.
La operación de medicina estética consiste en la infiltración de la toxina botulínica en determinados músculos para paralizarlos. Esto se produce mediante un bloqueo de las señales que emiten los nervios a los músculos, evitando el aumento o aparición de las arrugas debido a que los músculos donde se inyecta no pueden contraerse y se relajan.
El botox, ¿en cualquier parte del cuerpo?
Como ya hemos mencionado, el botox paraliza los músculos, razón por la que la ley de España solo permite que se aplique en el tercio superior del rostro : entrecejo, frente, parte superior de las cejas y todo lo que conocemos como la zona de las patas de gallo. El botox también se puede aplicar para reafirmar los pechos, aconsejablemente solo para aquellos pequeños y medianos.
Existen a su vez numerosos especialistas que desaconsejan el botox en los labios, comisuras de la boca y las arrugas del cuello (sobre todo en esta última zona), pero pesar de ello son cada vez más las personas que se lo inyectan.
El botox, desaconsejable en los labios
Como se menciona anteriormente, el botox en los labios es desaconsejable y una alternativa muy usual es el empleo de relleno. Relleno como es el ácido hialurónico RHA, es una proteína que forma fibras, se encuentra en muchos colágenos y serum faciales.
El botox no sirve para la flacidez
El botox está muy avanzado, pero no sirve para corregir la flacidez, ni los problemas que crean en la cara los excesos causados por el sol; tampoco es posible solucionar los problemas de pigmentación. Los médicos y especialistas a lo que recurren frecuentemente es a la combinación del botox con otras técnicas de rejuvenecimiento como, por ejemplo, las infiltraciones de relleno.
Así es la inyección de botox
Según los especialistas, el propio paciente puede decidir si prefiere ser operado con un poco de anestesia o no, pero por lo general el dolor es la molestia del pinchazo. Hay que tener en cuenta que la cantidad de líquido que se inyecta es mínima y las agujas son muy finas.
Así es el proceso
- Antes de la operación el profesional dedica al menos una sesión a estudiar el rostro del paciente, un estudio consiste en pedirle al paciente que realice gestos fáciles como sonreír o fruncir el ceño. La finalidad es conocer mejor su anatomía facial, para posteriormente marcar el rostro con un lápiz señalando los retoques e infiltrar.
- La duración del proceso en sí son apenas unos minutos.
- Lo que tarda más tiempo es el efecto completo puesto que tarda aproximadamente una dos semanas hasta que se puede observar el resultado final.
¿Hay que pincharse varias veces?
Los expertos aseguran que, no necesariamente, hay personas que lo consideran una rutina en su vida y repiten el tratamiento varias veces al año. Asimismo, hay personas que deciden emplear el tratamiento por una ocasión especial o porque simplemente están cansadas de verse el rostro caído. Un dato que está demostrado es que, a mayor frecuencia y mayor uso, los propios músculos se van adaptando y se espacian las lesiones de botox obteniendo mejores resultados.
Cómo cuidarte tras una sesión de botox
Una vez que te hayas sometido a la sesión de botox es muy importante que no te tumbes durante unas horas, permaneciendo en posición erguida obligatoriamente las cuatro horas posteriores a la inyección. Además tampoco debes tocarte la zona tratada pero sí hacer ejercicios de contracción muscular para ayudar a la distribución equitativa de la toxina.
¿Tiene efectos secundarios?
Son muchos los mitos y falsedades de los que se hablan tras este tipo de tratamiento. Es cierto que entre los efectos secundarios encontramos:
- La caída del párpado, pero que es posible corregirlo con colirios específicos
- Las cejas arqueadas o demasiado picudas, la solución es un pequeño retoque o una buena planificación del tratamiento
La historia del botox
Si se echa la vista atrás y se indaga en la historia se descubre que el botox lleva existiendo desde los años setenta. Con el paso del tiempo se fue aceptando en más países y legalizando. En España hasta el año 2004 las autoridades sanitarias no aprobaron su uso. Sin embargo, a día de hoy es de lo más usual que la gente recurra a él. Es lógico, ya que bastan unos pinchacitos para poner freno a las patas de gallo, elevar las cejas y eliminar el ceño fruncido.
El botox también es empleado por muchas personas para controlar el sudor de las glándulas sudoríparas en zonas como las axilas y las palmas de las manos.La toxina botulínica realmente es un veneno, por lo que se debe ser consciente del potencial que tiene.