Cada vez se busca más que los productos de cosmética sean lo más naturales posibles, rechazando por completo todos los productos químicos que tanto afectan al cabello y la piel pero también al medio ambiente. Por eso cada vez más productos se nutren de las maravillas que aporta la naturaleza en forma de frutas, verduras,... que aportan grandes nutrientes y vitaminas al organismo pero también al cuerpo y al cabello.
Los frutos secos también pueden ser un grandísimo aliado en el mundo de la belleza. Los frutos secos aportan grandes propiedades y beneficios para la salud y ayudan a combatir o paliar en la medida de lo posible algunas patologías. Pero también se pueden convertir en grandes aliados en el mundo de la belleza.
En concreto vamos a hablar de las almendras. Las almendras son frutos que contienen un alto contenido en vitaminas A, B y E, así como proteínas y minerales, por lo que tienen una gran capacidad nutritiva. Uno de los efectos que las almendras tienen sobre nuestro cuerpo es, precisamente, que la nutren y proporcionan elasticidad, dejándola suave e hidratada.
En otras ocasiones te hemos hablado de las propiedades de otros productos naturales como el aceite de almendras, al que cada vez se recurre más. Pero más allá de este tipo de aceite, con las almendras se pueden hacer mascarillas caseras que ayudarán a tener una piel más tersa, más cuidada y más joven, y sin necesidad de salir de casa ni de hacer grandes inversiones económicas.
Mascarilla de almendras para el cuidado del rostro
Tanto si nuestra piel requiere o no un cuidado específico -ya se por ser grasa o seca o por tener ciertos patologías como piel atópica-, es conveniente seguir algún tratamiento que nos ayude a mantener nuestra piel cuidada e hidratada. Para ello, existe una mascarilla casera muy fácil de hacer que contiene almendras como componente base.
Esta mascarilla deberá aplicarse haciendo un leve masaje durante tres minutos sobre el rostro. Pasado ese tiempo, terndrás que retirar con abundante agua esa mascara que es muy sencilla de hacer. Para hacerla solo necesitas almendras crudas y sin tostar y una cucharada de yogur. Su elaboración consiste en machacar las almendras para después mezclarlas con el yogur. No obstante, si tienes la piel grasa deja las almendras reducidas en partículas más grandes y si tienes la piel la piel sensible, procura dejar los granitos muy finos.
Mascarilla casera de almendras para combatir las arrugas
Esta mascarilla resulta muy efectiva y es una buena alternativa para aquellas que prefiráis apostar por tratamientos naturales sin compuestos químicos en lo que a cuidado corporal se refiere, así como para tratar de evitar la aparición de las dichosas arrugas.
Para ellos te proponemos un tratamiento para combatir y prevenir las arrugas faciales que puedes elaborar con cosas que, normalmente, tenemos a mano. Y es que para su realización necesitamos únicamente estos ingredientes:
- 2 cucharadas de almendras pulverizadas
- 1 yema de huevo
- 1 cucharada de miel
- 1 cucharada de agua caliente
Una vez que tengas a mano estos ingredientes, hacer esta mascarilla casera a base de almendras, así como aplicarla, es así de sencillo:
- En primer lugar, bate y mezcla las almendras con la yema de huevo y la cucharada de miel.
- Después, una vez que se haya formado una pasta homogénea.
- Añade agua caliente y continúa batiendo hasta que vuelva a convertirse en una pasta uniforme y suave.
- Cuando esté hecha, aplícala sobre el rostro formando una capa gruesa y manteniéndola durante 30 minutos.
- De nuevo, retírala con abundante agua realizando un suave masaje para beneficiarte de la acción exfoliante del polvo de almendras.
Una alternativa a esta mascarilla de almendras
Una variante de esta mascarilla consiste en mezclar almendras molidas, tres cucharadas de miel de abaje y tres hojas de menta. El primer paso para elaborarla consiste en moler las hojas de menta para extraer el jugo y mezclarla con miel. Cuando la mezcla se vuelva espesa, aplícala en el rostro. Para ello puedes ayudarte de una espátula.
A diferencia de otro tipo de mascarillas que tienen un tiempo de aplicación para hacer el efecto deseado, esta mascarilla hay que retirarla cuando notes que se haya secado y endurecido. En caso contrario, si la mascarilla se queda demasiado dura, a la hora de quitártela te puede producir rojeces, incluso algún pequeño e incómodo arañazo. Además una vez que la mascarilla se ha solidificado y se ha quedado, comúnmente dicho, dura, habrá hecho más que de sobra su función.