Psiconutrición: el método inteligente para bajar de peso y no recuperarlo

Hoy en día nadie duda que nuestro estado de ánimo influye en el peso. A veces las largas jornadas laborales, el estrés y el poco tiempo libre, nos lleva a comer más de la cuenta y lo que es peor, entre horas.

Seguramente en más de una ocasión has tenido la necesidad de asaltar la nevera nada más llegar a casa o cuando te has sentido nerviosa o triste. ¿Quién no recuerda la típica escena de película en la que la chica se sienta en el sofá con un gran bote de helado de chocolate a causa, por ejemplo, de una ruptura sentimental?

A esto se le llama hambre emocional. No responde a las necesidades nutricionales de nuestro organismo y surge cuando queremos encontrar el bienestar a través de la comida. Este método para perder peso analiza el porqué de estos antojos que, normalmente suelen ser hipercalóricos, y te da las claves para que controles la situación y puedas por supuesto darle solución.

Este método trabaja con programas de psiconutrición personalizados, cambiando la actitud mental y la relación con la comida, que nunca debe usarse como consuelo ante esas situaciones de angustia y estrés. El objetivo de la psiconutrición es por lo tanto entrenar hábitos saludables que podremos mantener de por vida.

No sólo tiene en cuenta la alimentación

La psiconutrición tiene en cuenta la situación de cada persona, su horario, sus rutinas, sus responsabilidades, etc. Factores que influyen en nuestra estado de ánimo y alimentación.

Una técnica con la que podrás estar preparada para superar los pensamientos negativos que te llevan a picar. Además de aprender a llevar un buen plan alimenticio, bajarás de peso y, lo más importante, no lo recuperarás como ocurre con las llamadas dietas milagro. Podrás alcanzar tu peso óptimo y mantenerlo durante años.

Contribuye igualmente a que las personas se sientan menos cansadas tengan la edad que tengan. Aporta energía y mejora el rendimiento físico e intelectual. Es perfecto para aquellas personas que tengan los niveles de colesterol alto, diabetes o problemas digestivos y, sobre todo, para aquellas que por su estado de ánimo, no son capaces de comer sano.