Aunque la firma Alexander McQueen no es reconocida como gran referente dentro del mundo de la cosmética, sí que reluce por sus diseños en moda, pero también por sus perfumes. Los embotellados y las fragancias que la marca reproduce cada temporada evocan el espíritu rebelde de una firma que nación con ganas de reescribir el mundo de la moda.
El diseñador homónimo de su propia firma nació en los años 70 en el conocido barrio londinense del East End. Reconocido por tener a toda una larga lista de mujeres deseosas de poseer cada uno de sus diseños, la mente privilegiada de este inglés vio la luz por primera vez en 1993 con su primera colección bajo el nombre de Alexander McQueen con el título Taxi Driver.
Una firma reconocida a nivel mundial por sus diseños, que son obras en sí mimas, se caracteriza por su puesta el escena y un vestuario que es propio de un salto en varios tiempos. Así es la marca que nació en Londres para pasar a ser una casa deseada por más de medio mundo. Futurismo, tecnología, clasicismo y un toque canalla se entremezclan para crear la gran firma Alexander McQueen.
Modelo maquillada por Alexander McQueenLos pasos de un joven McQueen
Sus primeros años de juventud los pasó leyendo y dibujando bocetos sobre moda. Todo aquello que tenía que ver con la ropa y la recreación de la costura fueron los mejores amigos de un personaje que pasaría a la historia de la moda. Su inspiración más reconocida serían los pájaros y el espíritu de los ancestros ?interés que le venía de su madre, profesora de genealogía- fueron los diseños con los que se identificaba a McQueen en sus primeras colecciones, con una mezcla entre la tradición, lo barroco, lo gótico y el estilo más callejero.
Sus pasos previos a su flamante entrada en el mundo de la moda se dieron en el año 1985 con su primer trabajo como aprendiz de sastre en las galerías de Anderson&Sheppard -en las cuales desarrolló su corte y confección que le sirvieron de guía para su futura marca-, para más tarde terminar su postgrado en los estudios de moda con una flamante colección inspirada en el legendario Jack el Destripador, bajo el título Jack the Ripper Stalks His Victims, en la escuela Central Saint Martins. Antes de eso, Lee Alexander McQueen pasó por las órdenes del italiano Romeo Gili y Kiji Tatsuno en su estancia en Milán.
En su año de graduación (1992) significó el boom del futuro diseñador, ya que la colección sobre el personaje fue mostrado al público en calidad de obra teatral con la casualidad de encontrarse entre el público la editora de Vogue UK por entonces, Isabella Blow. Desde el momento en el que los diseños fueron presentados en sociedad, la estilista quedó embelesada y decidió comprar la colección al completo. Desde ese mismo instante, Alexander McQueen empezó a ser reconocido como se merecía: el revolucionario de la moda.
Modelo maquillada por Alexander McQueenTrabajos que deslumbran
Durante sus primeras colecciones, Alexander McQueen deslumbraba pero no era el foco de atención, hasta que llegó Highland Rape, su quinta obra maestra en la cual empezó la polémica de su estilo que le siguió hasta su muerte. Sus diseños góticos y con detalles inspirados en los mismísimos cuentos de hadas más fantásticos, fueron los encargados de dar sentido a su estilo propio y tan característico. Con todo ello, se alzó como uno de los padres de la moda salvaje que sigue estando en pie hoy en día.
McQueen fue un hombre enigmático hasta 1996, en el cual se le nombró director creativo de Givenchy ?como sucesor dei gran John Galliano que por entonces fichó por Dior- y su identidad salió a la luz. Su fichaje fue gracias al trabajo realizado en la colección Dante presentada en 1996, en la cual Bernard Arnault quiso tenerle en su grupo LVMH.
Hasta el cambio de siglo, Alexander McQueen había pertenecido al grupo por el que fichó (LVMH), aunque todavía existía ese joven McQueen que quería ir por libre y demostrar al mundo de lo que era capaz. Sus ideas empezaron a salir a la luz cuando en el año 2000 cuando la firma con su mismo nombre empieza a etiquetar sus prendas de diseño propio -gracias al grupo PPR al cual pertenecía Gucci y era el principal rival de Givenchy-. Al fin había cumplido su mayor sueño.
Alexander McQueenTras este gran éxito, McQueen empieza su gran expansión como firma alrededor del mundo abriendo sus tiendas más emblemáticas en las ciudades de la moda por antonomasia: Milán, París o Nueva York, entre otras. Pese a que nunca se consideró un diseñador comercial, sobre todo en sus inicios. Su dedicación a la moda sobrepasó los límites del diseño y en el año 2003 se lanzó con una colección de perfumes, para dejar paso a los accesorios y el diseño de gafas que más tarde aparecerían.
Los éxitos de su carrera
Su gusto para la moda le hizo congratularse con cuatro premios de la Moda Británica -1996, 1997 compartido con Galliano, 2001 y 2006- y alzarse con el premio al Diseñador Internacional del Año del CFDA de 2003. Esto solo significaron la recompensa a una corta trayectoria dedicada a los éxitos y a las grandes apuestas dentro del mundo del diseño.
La decaída de su carrera empieza con el suicidio de su amiga y mentora Isabella Blow en el año 2007, la cual había estado junto a él desde el principio. Desde ese momento, el diseñador entra en un bucle de desgracias que le hacen decaer en una mayor drogadicción, bajón que se ve reflejado en sus posteriores colecciones y a la cual le dedica una en homenaje a la periodista, La Damme Bleue en 2008. Este mismo año, acompañó a la bailarina Sylvie Guillem y le diseñó un vestuario completo para la obra Eonnagata.
Modelo maquillada por Alexander McQueenEs en 2010 cuando la fatídica fecha se acerca y, tras morir su madre en el mes de febrero, el diseñador londinense no soporta más la presión y decide quitarse la vida una semana después, como así hizo su compañera. La mancha persigue hoy en día a la firma, pero su posicionamiento como marca de referencia sigue estando presente en más de una mujer alrededor del mundo. Las riendas de la firma pasaron a las manos de su confidente y compañera desde su postgrado Sarah Burton, con la cual había compartido la toma de decisiones de cada paso de Alexander McQueen.
Reconocimientos póstumos
Un año más tarde de la tragedia, el diseñador fue conmemorado por el MET de Nueva York con una exposición dedicada al artista londinense bajo el título Savage Beauty, siguiendo la estela de Balenciaga, Dior o Yves Saint Laurent, que previamente habían tenido la suya propia. Pero es no fue todo, sino que el corazón de McQueen dejó en testamento una repartición de sus bienes que iría destinada a sus perros, a su hija adoptiva Lucero Lavado y otros familiares y, por último pero no menos importante, a la escuela Central Saint Martins, que fue la que le vio crecer y dar sus primeros pasos en el enrevesado mundo de la moda y gracias a la cual Kate Middleton lució en su boda con el Príncipe Guillermo de Inglaterra -hoy duques-.
Considerado como un adelantado a su tiempo, Lee Alexander McQueen se codeó en vida de los rostros más conocidos del panorama actual. Apoyos y amigos no le faltaron a un alma que diseñaba para mostrar lo que tenía dentro y que, desde bien niño, soñó con hacer realidad: una firma con muchas historias que contar. Y así lo reivindican sus propias fragancias póstumas.
