Bulgari

Es el ejemplo claro de cómo un perfume se puede convertir en toda una joya. Aunque la cosmética no es su fuerte, los perfumes de la marca italiana se decantan por unos toques exclusivos, un olor resistente y el arte en sus frascos. Todo un lujo olfativo que se une a la delicadeza de sus piezas joyeras.

En 1884 Sotirio Bvlgari funda lo que más tarde se convertirá en el hito del diseño artesanal de piezas exclusivas de joyería. Aunque no es hasta 1905 que la famosa Via dei Condotti en Roma acoge entre sus espacios la primera tienda oficial de la marca. Con el paso del tiempo, las colecciones y los objetos de admiración que han ido creando en sus talleres son expuestos en los escaparates del establecimiento como un museo propio.

Lo artesanal se hace internacional

La pequeña tienda, que nació con la intención de acercar la artesanía a las piezas sencillas -pero con piedras preciosas- y a un público más selecto, se ha convertido en el referente a día de hoy de la gran mayoría de casas joyeras. Pese a que muchos de sus modelos son copiados por el resto de firmas, la característica Serpenti representativa es única en su especie.

Lo que más llama la atención de su línea estética es la sencillez con la que combina diferentes materiales, a la vez que busca la limpieza de formas, así como la combinación entre un estilo artesanal propio de los antiguos griegos como de la tradición romana. Esa es la base que convierte a Bvlgari en un referente a nivel mundial, ya que se ha llegado a convertir en una empresa internacional.

Herencia familiar

Con el tiempo, los nietos de Sotirio Bvlgari son los que se hacen cargo de la empresa, quedando las diferentes direcciones bajo el mando de Sotirio, Paolo y Nicola desde 1984. Una institución familiar que se hizo un hueco entre las altas esferas de la sociedad romana y de parte del mundo desde sus inicios. Bajo la mirada de la serpiente característica, el símbolo de eternidad y renovación constante, es la forma en torno a la cual giran todas sus colecciones.

Pasión por su trabajo

La historia de esta firma se remonta al oficio que su fundador ostentaba por entonces, haciendo de su propio trabajo un arte en sí mismo. Más tarde, con la llegada de la II Guerra Mundial y la precaria situación que dejó a su paso por Europa, Bvlgari pensó que no eran épocas para ir luciendo piezas ostentosas y muy llamativas. Por lo que decidió que sus creaciones se harían siguiendo un estilo más relajado.

Esta firma joyera es la primera en incluir piedras de tan distintas características en una sola pieza, como los rubíes, las esmeraldas y los diamantes. Un despliegue de elegancia y sofisticación que no dejaron indiferente a muchas celebridades del momento, llegando incluso a lucirse en exclusiva en la película 'Gruppo di famiglia in un interno'.

La ampliación de la firma llegó con la tutela de los nietos del fundador, ya que se decidió que entrarían en juego los perfumes y la hostelería -esta última de la mano de la cadena hotelera Marriott, que cuenta con establecimientos de lujo en gran parte del mundo-. Los perfumes, como Omnia para mujer y Man in Black para hombre, son los ejemplos de cómo la pasión por el trabajo y el oficio artesanal y subjetivo del perfumista puede llegar a crear verdaderas obras de arte. Un olor que no se hace pesado ni recargado y que, además, dura horas.

Tras conquistar el mercado joyero abriendo tiendas exclusivas en las grandes ciudades, como París, Ginebra, Nueva York, Shanghái o Viena, le llegó el turno a España con su primer establecimiento situado en Puerto Bañús (Málaga). Aunque la gran expansión ya se empezó a dar a partir del año 1970, Bvlgari ya había conquistado a muchos antes de la apertura mundial.

El cambio de mando

Fue en 2011 cuando el grupo LVMH se lanza a comprar la mayoría de las acciones de la firma joyera, dejando un hueco entre sus diversas firmas de ropa, joyas y complementos a esta marca. Ese mismo año, para celebrar el traspaso de manos directivas, son dos actrices las encargadas de poner rostro a sus campañas: Kristen Dunst para su perfume Mon Jardin Noir ?el más conocido y versionado hasta el momento- y Rachel Weiz en la colección de otoño/invierno.

Ya en el año 2013 sería Carla Bruni quien protagonizara su colección de joyas, como un adelanto a otro gran momento de la firma Bvlgari: la renovación de su tienda en Roma en el año 2014. Dos regalos que se hicieron con la intención de rememorar el 130 aniversario de una de las firmas que más crece.

Exclusividad al límite

En el año 2016, el Palacio Braschi decide abrir una exposición exclusiva de las piezas de colección que más han representado a la firma joyera Bvlgari, mostrando al público su amplia gama de las gargantillas más espectaculares que han salido de sus talleres, así como las diferentes representaciones de serpientes que se han llegado a hacer, entre otras muchas piezas preciosistas.

Por si eso fuera poco, la firma cuenta con una de las subastas más cuantiosas, en cuanto a joyas se refiere. Su pieza 'La favorite', un anillo de diamantes de 50.15 quilates vendido en Nueva York por más de 3.600.000 dólares. Todo un lujo que no todo el mundo puede permitirse, de ahí su exclusividad.

Clientes especiales

Entre sus más fieles clientes podemos encontrarnos con actores, cantantes, artistas, realeza y un largo etcétera. Jon Kortajarena para su colección de perfumes 'Aqua Amara', los Príncipes de Mónaco, la gran Elisabeth Taylor ?que aparece fotografiada con las gargantillas de Bvlagri en el libro Portraits, publicado en 1987-, la top Kate Moss ?imagen de la firma en 2007- o Keira Knightley luciendo sus joyas en la gala de entrega de los Oscar 2006. Estos son solo algunos de los ejemplos que acompañan a la marca, aunque son muchos más los que se han conseguido hacer con una de sus piezas más exclusivas.

La unión de dos círculos -el frasco más característico- y muchos años de experiencia y trabajo duro que son el resultado de Bvlgari, una firma joyera que ha llegado a triunfar en el arte perfumista. La fragancia que pone el olor del lujo y la exclusividad.